Me llamo Luis y tengo el W.C. Atascado.
Después de un fin de semana fuera de casa, tras la llegada del horroroso Lunes del trabajador, he de afrontar un nuevo reto en mi vida: El retrete no traga.
En mi maravilloso piso de
Luisenplatz, en
Darmstadt, me levanté la manyana del sabado y, al salir de la ducha mi companyera de piso Hsin (
Taiwanesa y
Australiana) me diparó la cruda realidad.
"The WC is not Working"
Ante lo cual puso esa cara que todas las feministas negarían de:
"Eres hombre, los hombres saben de esas cosas, DAME UNA SOLUCIÓN."
Armado de masculinidad dije lo que cualquiera diría en mi lugar:
"Compra liquido desatascador, y echálo"
Parece que la chica se quedó contenta, y yo satisfecho con mi labor masculina. El resto del día lo pasé felizmente con mis padres en
Kassel, visitando el
Documenta, y
Banyandome (desde el curro, por eso no hay enye) en unas Termas. Dicho lo cual, di buen uso de los inodoros públicos, previendo un posible fracaso de mis métodos de fontanería.
Pues he aquí, que llego a casa el Sábado por la noche dispuesto a desahogar mi cena
mongola, para afrontar, vacío, una noche reconfortante.
Para entender el estado que provocó en mi los siguientes acontecimientos, he de especificar, que el W.C. del cual ahora soy usufructuario, es del tipo "Holandés". Es decir, de los que te muestran tu abono, una vez realizadas nuestras actividades evacuatorias (o como diríamos en el
Krone, le ponen una hamaca a la mierda para que tome el sol)
Pues esto es que en la susodicha hamaca se encontraban depositados restos orgánicos, así como papel con distintas tonalidades de color. Al lado del retrete se encontraba una botella naranja de líquido desatascador. Ante lo cual, y haciendo gracia de una gran inteligencia, me dije:
"Esta chica habrá echado el liquido pero, no habrá tirado de la cadena"
Una vez realizada la que denominaremos
acción prefiasco, el agua empezó a inundar mi precioso retrete, del cual ascendías sustancias sólidias y liqudas de diferentes formas, texturas, colores y olores. Yo me considero un hombre que no se achanta ante nada, así que armado de valor, me dispuse a vaciar el resto del bote de desatascador. Tal medida, no ha hecho sino volver a agravar el problema (más liquido), por lo que esta manyana, en el trabajo, y tras visitar un pulcro y brillante lavabo, le he preguntado a quien mas sabe de todo. Don
Google.Se me proponen las siguientes medidas:
- Sólidos desatascadores (pueden resolidificar, cementando la canyería, inutilizandola completamente)
- Líquidos desatascadores Comerciales (JA, díria yo)
- Cocacola
- Sosa Caustica (la cual puedagujerear la tuberia)
- Un tipico desatascador, pero especial para W.C´s (accesorios recomendados son guantes, mascara y chubasquero!!!!)
- Un palo de fregona con una bolsa en el extremo (mismos accesorios que anteriormente, MAS PARAGUAS. Sin contar que en alemania, no hay fregonas, por supuesto)
- Desarmar el sifón (recomendado no usar ropa a la que le tengas mucho aprecio)
- Una manga de regar, un alambre resistente, o un muelle muy largo (en seguida abro mi armario, y debajo de la barra de pegamento y medio, me doy cuenta QUE NO TENGO NADA DE ESO)
Bueno, esta tarde me toca ir de bricomanía, manyana os contaré como salgo de esta.....
ACTUALIZACIÓN
Tras la prueba con sólidos desatascadores (que hizo mi hermano con muy buena voluntad, pero con el mismo o peor éxito que mis intentos anteriores) mi W.C. parecía la playa de normadía, horas después del desembarco.
Una vez fallada la química sólo me quedaba la física (empujar la mierda, vamos). Por lo que tras duras reflexiones, y después de el último consejo de
J.J. me decido a comrar una fregona. Bajo a la
Galería Kaufhof, que está en la puerta de mi casa, investigo la zona de "
Haushaltsware" y entre los modelos de fregona que tengo ante mi cojo el mas barato 12,35€ (joder!!). Con la sensacion de ir a ser estafado, pero con mi fregona en la mano, me paseo una última vez por la planta baja y, al lado de las telas y sábanas (solo
Dios y don
Santiago Bernabéu sabrán porqué) veo un mulle largo como las noches en
Robert Johnson (precio 8€).
Oh duda! Oh incertidumbre repentina! Cual ha de ser el camino elegido!
Al final mis principios me obligan a no pagar 12,35€ por una fregona, y aún a riesgo de no saber usar el muelle de los cojones, me lo llevo a casa.
A las 23:18 de la noche, después de una agradable velada en el EXIL con los pocos que quedamos en darmstadt, entro por el portal y me encuentro a Hsin (mi companyera) que vuelve de la calle de... CAGAR!!!! Acto segido le ensenyo el arma con el cual pretendo enfrentarme a los dragones, que, sin duda alguna, ya empiezan a procrear en nuesrtro excusado. Ante lo cual su cara empieza a brillar.
Sudores frios acarician mi frente y amenazan la precisión de mis manos. Subo, una a una, las escaleras que me acercan a mi cruel destino. Tembloroso, intento itroducir la llave en la entrada de mi piso, abriendo la puerta torpemente. Afronto la entrada, cuando rápidamente me planto delante de las puertas del averno, desenfundo el muelle y....
Aqui me teneis "Con las manos en la masa" tras varios empujones, retorcimientos y salpicones, he conseguido liberar nuestro evacuatorio, por lo que quedais oficialmente invitados, a disfrutar de este solitario momento en mi casa. (se pueden observar restos del enemigo muerto en el campor de batalla)
Advertencia: El que lo atasque, lo desatasca solo, que ya tengo la herramienta
