viernes, 17 de agosto de 2007

De viaje (2ª parte): Cicloturismo en Soria

Como prometí ayer, y visto que el aburrimiento continúa en el curro, aquí está el resumen de mi segunda semana de vacaciones: turismo en Soria con un par de amigos montados en nuestras bicis, del 7 al 12 de agosto. El viaje comenzó a las 6 de la tarde del martes 7 en Tudela, hora a la que llegaba el único tren regional a Tudela desde Pamplona y por tanto única posibilidad de llegar allí con nuestras bicis.La verdad es que era un poco tarde para empezar, y más siendo el primer día, pero no había otra cosa. Lo pagamos. Recorrimos 45 km. de subida continua con viento de cara hasta llegar a Ágreda a las 21:30 de la noche y destrozaos. Preguntando encontramos una pensión para dormir y conseguimos cenar algo, pero se nos quitaron las ganas de hacer fotos en todo el día.

Al día siguiente nos levantamos tranquilamente y después de ver un poco Ágreda seguimos pedaleando. Después de la paliza del primer día, poco apoco nos encontrábamos mejor y paramos a comer en Magaña.Después de comer se puso la carretera de nuevo cuesta arriba y otra vez a pasarlo mal, sobre todo Edu, el más alto de mis 2 amigos. Luego de nuevo terreno favorable y a disfrutar del tiempo y el paisaje.

Esa noche dormimos en el albergue de un pueblo llamado Valdeavellano de Tera, después de recorrer 85 km.
El jueves se presentaba interesante y el tiempo seguía inmejorable, un solazo como sólo se ve en España. Por la mañana fuimos poquito a poco hasta Vinuesa, un pueblo bastante majo cerca de la Laguna Negra. Allí aprovechamos para comer algo. Para que os hagáis una idea del tráfico que tenían las carreteras por las que rodamos:

El paisaje seguía siendo una maravilla:

Al final del día llegamos al mirador sobre el cañón del río Lobos, uno de los parajes naturales más bonitos que hemos visto:

Se nos hacía agua la boca sólo de pensar que al día siguiente lo recorreríamos, pero antes había que dormir, cosa que hicimos en el vecino pueblo de Ucero después de otro 85 km. a nuestras espaldas. Hay que destacar sin duda su asador: nos comimos unos entrecots que se caga la perra. Así es como se reponen fuerzas.
Al día siguiente nos levantamos con el objetivo de recorrer el cañón del río Lobos y acabar la etapa en el pueblo de la familia de Edu, San Estaban de Gormaz. El cañón es muy recomendable en todo su recorrido y guarda una sorpresa: una ermita de la orden del Temple que suscita misteriosas y esotéricas interpretaciones.
Junto a la ermita hay una cueva con pinturas rupestres. Después de salir del cañón por el otro extremo y comer en el primer pueblo en el que fue posible (muchos no tienen tiendas ni restaurantes ni bares con cocina), seguimos plácidamente pedaleando hasta San Esteban de Gormaz, donde nos hospedamos en casa de Edu y descansamos tranquilamente dando un paseo. Tan sólo hicimos 52 km. En San Esteban hay ruinas de un castillo y dos iglesias románicas de mucho valor.

El sábado aprovechamos para dejar todo el equipaje en San Esteban y pedalear ligeros. Al final hicimos un día de lo más turístico: primero visita a la fortaleza de Gormaz, la más grande de Europa de sus características. Es tan grande que creo que ninguna foto que tengo le hace justicia.


Las vistas desde arriba son inmejorables y te das cuenta de por qué se construyó ahí:


Unos kilómetros más allá está Berlanga de Duero, que también tiene castillo. El Duero fue frontera natural entre moros y cristianos y está plagado de castillos y atalayas. Por esta zona pasó también el Cid camino del destierro.

Ya de regreso estuvimos en El Burgo de Osma, que tiene una catedral como la copa de un pino que no dejamos de visitar:

Al final del día habíamos hecho 100 km. Como ya he dicho antes, reponer fuerzas es importante, por eso cenamos una parrillada en la bodeguilla del tío de Edu. Nada que ver con los grill de Darmstadt, en España la matanza dá para mucho: chorizo, tocino, morcilla, careta y además chuletillas de cordero, todo asado al sarmiento. Como todo viaje que se precie, acabamos de pompazo en fiestas de Quintanilla de Tres Barrios, donde la verbena se prolongó hasta las 6:30 de la madrugada y no seguimos porque no había nada abierto después.

Al principio nos daba un poco palo ir en pantalón corto (no teníamos otra cosa) pero luego te da todo igual, el alcohol lo cura todo. Y nada más, el domingo de vuelta tranquilamente a Pamplona.

Os recomiendo que visitéis Soria si no la conocéis porque os va a sorprender seguro, yo no me esperaba muchas cosas de las que he visto, creo que es una lástima que no tenga más publicidad. Igual me he pasado poniendo fotos pero si pudiera aún metería más, me he dejado fotos muy buenas. También me gustaría haber puesto enlaces a los sitios y tal, pero por ahora ya vale, igual mañana edito el post y los pongo.

Muchos saludos y espero que disfrutéis de las vacaciones como yo.

4 comentarios:

Gisuka dijo...

Jolines Patxira!Que deportista!! Así me gusta, que nos enseñes fotos en mallitas! Pero que cansado para ser unas vacaciones no? Y que calor! Eso si que da envidia!!!!

Bueno, que estás muy guapo!

A ver si se anima más gente a poner fotos de las vacaciones, que hace una ilu saber de vosotros!!!
Muchos besos!

txeek21 dijo...

Es superior a mis fuerzas...

MALLAS!!!!!! PERO ESTAS LOCO!!!!!! TU QUIERES QUE NINGUNA ERASMUS TE VUELVA A MIRAR A LA CARA!!!! ;)

Joe, veo que se te han dado bien las vacaciones no? Asi me gusta!!!

Weno, un saludo fuerte, compañero maschinenbau!!!!

Patxi dijo...

¡Jodé, que no son mallas! XD A ver si me voy a enfadar. Pamplona está gris y llueve, mierda de verano. Y con este tiempo, hoy empiezo a entrenar.....

¡Besos y abrazos!

Anita dijo...

Patxiraaaaaa!! menudo deportista estás hecho! a ver cuándo te pegas unas vacaciones de beber MUUUUCHA CERVEZA, comer codillos y visitar a tus amiguitos germanos!

mil besitos, te echamos de menos

MUA